Los miembros de Zarama no han sido capaces de asistir como simples espectadores al continuo retorno de bandas significativas en la historia del rock y del pop vasco y español. El grupo vizcaíno, que en 1994 cerró una primera etapa de 18 años en la que publicó siete discos, volverá a subirse a un escenario el próximo sábado (22.00; 16 euros), en el Kafe Antzokia de Bermeo. Será el inicio de una segunda vida en la que volverá a estar comandado por Roberto Moso (Barakaldo, 1960), un cantante al que el retorno le está "llenando de ilusión, sueño y estrés".
La pregunta resulta inevitable. ¿Por qué han decidido regresar? "Porque ahora o nunca. Ya empezamos a tener cierta edad y, si esperamos, eso que siempre está ahí es posible que lo hagamos peor", explica un vocalista que en el pasado se ha cansado de decir que no veía esta resurrección en toda regla. Bermeo no es la única fecha confirmada del quinteto. Canciones como Iñaki ze urrun dago Kamerun o Zaramaren erdian volverán a sonar en Bilbao, Villava, Vitoria y Santurtzi. Sin embargo, no lo harán igual que antaño. "Falta una guitarra, las teclas han cogido mucho protagonismo y la voz no es exactamente la misma", adelanta el cantante y compositor vizcaíno.
El quinteto abrirá el próximo sábado en Bermeo una pequeña gira
"Me vi inmerso en una época que me parece bien que se haya superado"
Han pasado ya 32 años desde que Zarama, banda pionera del punk y del rock en euskera, ensayó por primera vez. Su sonido no es lo único que ha cambiado; también lo ha hecho el entorno. "Me preocupa una cosa. Cuando Zarama estaba vivo, aún no se había producido ese cisma entre el público del rock euskaldun y del rock no euskaldun. La movida se ha diversificado mucho, y no sé hasta qué punto nos puede afectar", reconoce Moso. Pero ello no quiere decir que añore los tiempos en que compartían escena con sus paisanos Eskorbuto, entre otros. "El otro día vi en YouTube una entrevista con Iosu [Expósito] y Juanma [Suárez] totalmente pasados, con un chute recién metido, y me vi inmerso en una época que me parece bien que se haya superado. No me gustaría que regresara. Pilló a muchísima gente sin información y la calle se puso muy lamentable", rememora.
Los miembros del grupo estaban ahora enfrascados en otras ocupaciones. Moso, en concreto, ha colaborado con colegas como Cápsula, Gari y Puro Chile, pero se gana el sueldo como profesional de la radio pública. Hasta hace poco fue responsable del área de entretenimiento de EITB. ¿Le inquieta el cambio que se avecina en la radiotelevisión pública con la llegada del PSE al Gobierno? "Sobre todo me inquieta que gente a la que aprecio, gente de infantería que lo hace muy bien, se vea en la calle por aquellos cambios de corriente", dice.
Y tampoco niega que radio y televisión pública necesitan mejorar la "objetividad, veracidad e imparcialidad de las informaciones", como plantea el acuerdo firmado por PSE y PP. En su opinión, todas las cadenas lo necesitan, "las públicas y las privadas. Todos tienen que atenerse a la ley, a la Constitución y a principios que han inspirado la fundación de ese ente".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 13 de abril de 2009