El alcalde de Vigo, Abel Caballero, no sólo apoya la idea del próximo presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, de establecer un superdelegado en la ciudad, sino que, según afirmó ayer, se lo "exige", sin que ello sirva para entrar en polémica con Pontevedra, cuyo gobierno considera que la anunciada superdelegación de Vigo rebajaría el estatus de la ciudad como capital de la provincia.
Para Caballero, la superdelegación de la Xunta en Vigo sólo significaría "ampliar lo que ya existe", puesto que la ciudad es sede de las delegaciones provinciales de varias consellerías, y sería coherente con su dimensión económica y demográfica y la de su área metropolitana, argumentos que comparte totalmente, como una rareza sin precedente, con el PP local. El alcalde animó ayer a Feijóo a "seguir adelante" e incluso le ofreció "locales provisionales" para el superdelegado, si los necesita.
"Lo importante es que Vigo ha de tener un tratamiento especial y preferente en la Xunta, como tuvo en estos últimos años", terció ayer mismo el teniente de alcalde nacionalista, Santiago Domínguez. "Si la figura de superdelegado sirve para agilizar las inversiones y las actuaciones previstas para la ciudad, nos parece bien", añadió, para subrayar: "Nos da igual cómo se haga si Vigo va a tener trato preferente".
El gobierno local de Pontevedra (BNG-PSOE), sin embargo, considera "aberrante" la figura del superdelegado de Vigo, ya que supone crear de hecho una quinta provincia y rebaja el estatus de la ciudad como capital provincial.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 16 de abril de 2009