Resplandecientes, color oscuro coche oficial, y algunos con matrículas correlativas. Diez Citroën C5 de la Xunta con sus correspondientes conductores aparcados en línea sobre la piedra del Obradoiro aguardaban a cada conselleiro para salir pitando hacia sus nuevos despachos.
Al presidente, Alberto Núñez Feijóo, el parque móvil de la Administración le reserva una berlina más grande, el C6, para cuando aparque (estaba previsto que fuese ayer) el préstamo que la factoría viguesa le hizo a su partido y en el que ha seguido desplazándose desde que tomó posesión del cargo.
Fuera cualquier Audi del alcance de los fotógrafos en el primer día de la nueva Xunta. Sí proliferaba la marca alemana en una calle aledaña, donde otros cargos del PP, entre ellos el presidente orensano, José Luis Baltar, dejaron sus automóviles para acudir al acto.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 21 de abril de 2009