Como cada último viernes de abril, los 12 peregrinos de Les Useres y su guía emprendieron ayer, en silencio, su tradicional marcha hacia el Penyagolosa. Sin apenas cambios desde que se estableció en el siglo XIV, la peregrinación está acompañada, como único sonido, por antiguas melodías tradicionales, con la voz de los cantores como único instrumento. Desde Les Useres hasta el santuario de Sant Joan de Penyagolosa, Llucena, Xodos y Vistabella del Maestrat son algunos de los lugares por los que pasan y en los que los vecinos barren y adornan la senda con flores y hojas verdes para homenajear a los peregrinos y su séquito. Además del sentido religioso y místico, el recorrido recuerda la vía de comunicación que se utilizaba siglos atrás. En la imagen, los peregrinos, ayer, antes de su partida.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 25 de abril de 2009