Las 14 familias afectadas por la explosión de gas el 25 de enero de 2007 en Cornellà ya tienen las llaves de sus casas tras las obras de reparación, que se han prolongado dos años. Los vecinos han vuelto a sus casas con "emoción, tensión y lágrimas", y con la esperanza de "dejar atrás lo ocurrido", según Paco Bermudo, portavoz de los afectados. "Cada piso se ha reconstruido como quería cada propietario", dijo.
La explosión afectó al edificio número 36 de la avenida de Porta Diagonal y causó la muerte de una niña de dos años y heridas a 21 personas. La explosión destrozó uno de los pisos y la onda expansiva afectó a otros 18. Durante estos dos años, las familias desalojadas han vivido en pisos de alquiler sufragados por el Ayuntamiento. Mientras tanto, las obras de rehabilitación de las viviendas se han realizado con retraso por falta de financiación por parte de la aseguradora -que solo cubrió parte del coste- y por retrasos de la constructora, según los vecinos. La finca se ha dotado de un sistema especial para detectar fugas de gas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 2 de mayo de 2009