El ex presidente de Banesto Alfredo Sáenz declaró ayer en la Audiencia de Barcelona que no ordenó querellarse contra cuatro empresarios en 1994 para cobrar una deuda de 600 millones de pesetas (3,6 millones de euros), aunque admitió que la conocía y que "podía haberla parado".
En términos parecidos declaró José Ángel Merodio, ex director general de Banesto, quien admitió que telefoneó a un querellado, Pedro Olabarría, por amistad. El fiscal pide nueve años de cárcel para cada uno, para otro directivo y para el abogado Rafael Jiménez de Parga.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 6 de mayo de 2009