Cerca de 50 personas murieron en el ataque que el Ejército estadounidense lanzó el lunes pasado sobre varios edificios sospechosos de dar cobijo a talibanes, según confirmaron ayer fuentes del Pentágono a la CNN. Estos datos, fruto de una investigación en la zona, son provisionales y contrastan con los cálculos de las autoridades afganas, que aseguran que hubo más de un centenar de muertos y que la gran mayoría fueron civiles.
Los bombardeos se produjeron en el distrito de Bala Buluk, situado en la provincia de Farah, en el oeste de Afganistán. Fueron lanzadas 13 bombas, de entre 190 y 370 kilos, sobre ocho edificios, según el Pentágono. La policía de Farah ha asegurado que los talibanes utilizaron a los aldeanos como escudos humanos.
Es habitual que, durante los combates de las fuerzas extranjeras presentes en Afganistán contra los talibanes, mueran civiles, un hecho que provoca la ira de la población.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 9 de mayo de 2009