El recinto construido para que el tenis tenga un lugar propio, si Madrid consigue finalmente los Juegos Olímpicos de 2016, tuvo anoche un estreno de lujo. Lenny Kravitz congregó, con las localidades agotadas desde hace días, a unas 8.000 personas. Pero el músico se hizo esperar y, antes, los asistentes, que llegaron a esperar hora y media para entrar, tuvieron que asistir a un extraño espectáculo de tenistas voladores, cuadro flamenco y damiselas por los aires.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 9 de mayo de 2009