La sequía informativa sobre la situación de Gaza, no puede inducirnos al olvido de la tremenda crisis humanitaria que asola la región. Gaza ya no vive el horror de los bombardeos indiscriminados de la Operación Plomo Fundido, llevada a cabo en enero por Israel, pero la población civil, más de 1,3 millones de personas, sigue enfrentándose cada día a la tragedia de sobrevivir en una zona totalmente empobrecida por el conflicto y el brutal bloqueo económico impuesto por Israel desde hace años.
Si antes la situación humanitaria era desesperada, ahora puede considerarse catastrófica y es de esperar que se deteriore aún más si Israel sigue obstaculizando la entrada de alimentos y de personal y material humanitario para atender a la población.
Mientras tanto, la comunidad internacional mira en otra dirección ignorando la gravedad de la situación. Otros, con menos escrúpulos si cabe, siguen enriqueciéndose vendiendo armas a Israel y Hamás con total impunidad. De las víctimas, como siempre, se olvidan todos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 11 de mayo de 2009