Las ayudas directas para la compra de coches (1.000 euros si es nuevo, 500 si es usado) de la Generalitat están en vigor, de forma retroactiva, desde el viernes pasado, cuando fueron anunciadas por el Consell. La consejera de Industria, Belén Juste, desgranó ayer los detalles del plan Prever autonómico flanqueada por los pesos pesados del sector y después de una reunión a cinco bandas que se presumía corta y que se alargó durante casi dos horas. La cuestión más discutida fue el establecimiento del límite de emisión de CO2, según explicó uno de los presentes. La Generalitat quería fijarlo en 120 gramos de emisión de dióxido de carbono por kilómetro recorrido. La industria y los vendedores lo consideraban demasiado restrictivo. El sector logró elevarlo hasta 140 gramos.
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Al plan podrán acogerse 460 modelos de coche, aproximadamente el doble de los que hubieran resultado beneficiados con el límite contaminador que Juste puso inicialmente sobre la mesa. Quedan fuera los automóviles que cuesten más de 30.000 euros.
Para adquirir vehículos de segunda mano no se establece tope de emisiones, pero sí de antigüedad: no podrán tener más de cinco años, lo que garantiza unos parámetros ecológicos mínimos. Tanto en el caso de los usados como en el de los nuevos, el automóvil entregado (condición indispensable para recibir la ayuda) deberá tener más de 10 años y será achatarrado.
El plan está dotado con 15 millones de euros y estará en vigor hasta el 31 de diciembre o hasta que se agoten los fondos. Es compatible con el plan Vive del Gobierno. Juste espera que las ventas suban un 20%.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 12 de mayo de 2009