Gobierno y oposición parecen seguir en sus trece despreciando olímpicamente la vía del entendimiento, a tenor de lo que se ha visto durante el debate sobre el estado de la nación. Pocas parecen, por no decir ninguna, las posibilidades de acuerdo que se atisban entre ellos allá en el horizonte.
Y es que en lugar de tratar de sumar fuerzas en la búsqueda de un diálogo constructivo que nos beneficie a todos, continúan ambos enzarzados practicando ese macabro juego de reproches, insultos y broncas.
A ver si se cansan ya de ofrecer ese triste espectáculo a la sufrida ciudadanía y cambian diametralmente sus nefastos chips que tanto nos aburren, al objeto de poder deshacernos -de una vez por todas- de esta profunda crisis económica, que la llevamos pegada al cuerpo como una sombra. Como reza el popular refrán: "Nunca es tarde si la dicha es buena".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 15 de mayo de 2009