A raíz de la celebración del Gran Premio de Jerez, algún sector del comercio y de la hostelería de esta localidad (fundamentalmente del centro histórico) se ha quejado vehementemente en estos dos últimos años al gobierno municipal de las medidas de seguridad con las que la ciudad se ha quedado blindada al tráfico de motos. Para ellos, implica perderse el pastel que supone el dinero que los visitantes dejan a su paso.
Por el contrario, gracias a esas medidas -que al fin y al cabo sólo son tomadas para proteger a la ciudadanía del vandalismo de unos pocos- se ha logrado un hito muy importante: en estos dos últimos años no se ha producido ningún fallecimiento por accidente en el casco urbano durante este fin de semana motero.
¿Qué es más importante, evitar la pérdida de vidas humanas o hacer negocio a toda costa? Es un acontecimiento deportivo, si quieren hacer negocio, que se vayan a los aledaños del circuito. Y la ley tiene que hacerse cumplir siempre, sin excepciones.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 15 de mayo de 2009