Los Gobiernos central y de Euskadi quieren convertir el AVE vasco en uno de los testimonios de lo que puede dar de sí la colaboración entre ambos, con el añadido de que se trata de una obra amenazada explícitamente por ETA, que ha asesinado a uno de los empresarios implicados en su construcción, Ignacio Uria. Por ello, el lehendakari, Patxi López, y el ministro de Fomento, José Blanco, se comprometieron ayer a acelerar las obras y a reforzar su seguridad ante la amenaza terrorista sobre la infraestructura más ambiciosa y más costosa (casi 4.200 millones de euros) de toda la historia vasca.
El lehendakari y el ministro escenificaron esta voluntad de cooperación durante la visita que realizaron ayer a las obras del tramo Arrazua/Ubarrundia-Legutiano, a ocho kilómetros de Vitoria. Era la primera visita oficial para ambos. Blanco apuntó que el objetivo pasa por "reforzar más si cabe la seguridad de las empresas concesionarias del proyecto y de sus trabajadores" y "evitar o minimizar los retrasos en las obras"que achacó a "la falta de colaboración de algunos ayuntamientos", en referencia a alcaldías de ANV.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 16 de mayo de 2009