Las pruebas de ADN de los restos que Francisca Plana Azorín, de 79 años, tenía en sus uñas y manos por defenderse de su agresor, han sido determinantes para que el titular del Juzgado de Violencia sobre la Mujer de Sueca archive provisionalmente el caso y exculpe a Fernando Escrivá, de 61 años, sobrino de la víctima, de los cargos de homicidio y robo. El cadáver de Paquita fue encontrado a media tarde del 26 de abril de 2008 en su domicilio de Sueca. Había sido asfixiada con una almohada.
Las investigaciones de la Guardia Civil llevaron a la detención del sobrino pocos días después. La magistrado del juzgado número 6, en funciones de guardia, decretó su libertad con cargos. El caso pasó con posterioridad a manos del juez del número 4, especializado en violencia de género, quien ahora lo ha cerrado por falta de pruebas. Los estudios de genética llegaron a Sueca el martes.
El abogado Juan Martínez Vallet señaló que ha seguido con perplejidad el proceso por cuanto "nunca han habido pruebas concluyentes contra Fernando; tan sólo dos testigos protegidos que nada aportaban".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 17 de mayo de 2009