Bueno, pues Francisco Camps ya está imputado en el caso Correa. ¿Y ahora qué? Nada. La dirección del PP esperará a que se lleve a cabo el juicio y se dicte una sentencia firme para tomar medidas disciplinarias.
Pienso que, por simple higiene democrática, la oposición debería presentar una moción de censura contra el presidente del Gobierno valenciano. Aunque la vaya a perder. Claro, que también puede ser que nos encontremos con alguna sorpresa.
No hay que descartar que, dentro del grupo parlamentario valenciano del PP, exista alguien honorable dispuesto o dispuesta a romper la disciplina de voto. Si eso ocurriera, supondría sin duda un pequeño paso adelante en la recuperación de la credibilidad democrática de nuestras instituciones.
Un pequeño paso, habida cuenta del enorme descrédito contra el que hay que luchar, pero un paso que puede animar a dar otros de mayor envergadura que nos lleven a acariciar la posibilidad de que, en un futuro no demasiado lejano, nuestras instituciones consigan un mínimo de credibilidad.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 18 de mayo de 2009