¡Muy hábil la maniobra de TVE con el abucheo al himno español en la final de Copa! Prueban a ver si les sale bien la censura, y cuando se dan cuenta de que se les ha visto el plumero, cogen a un cabeza de turco y le destituyen. Así desvían el foco de atención de lo verdaderamente importante: el porqué de la pitada monumental de los 50.000 espectadores hasta que sonó la última nota.
¿Por qué hay tanta gente que no se siente identificada con este himno ni con esta bandera? ¿Por qué hay tantos españoles que no se sienten orgullosos de serlo? ¿Por qué cientos de miles de catalanes y vascos (quizás a millones, lo sabremos el día en el que se pueda hacer la consulta sin riesgo de ir a la cárcel) no se sienten queridos ni respetados en España y, por tanto, no se sienten a gusto formando parte de este país? Ahí hay un serio problema de encaje, y lo último que les queda es el derecho a la pataleta. Al menos esto sí que debería entenderse y respetarse.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 20 de mayo de 2009