En su artículo El necesario debate sobre las pensiones, publicado en EL PAÍS el 16 de mayo, César Molinas insta a iniciar hoy mismo el debate sobre las pensiones. Bienvenido sea el debate, siempre que no parta de premisas falsas y sea abierto a todas las opciones. La premisa del artículo es que la condición para que un sistema de reparto como el español sea viable es que "los compromisos de pago de pensiones que adquiere el Estado crezcan a una tasa menor o igual que la masa salarial".
Esta afirmación, aparentemente derivada de la aritmética, es claramente falsa si tenemos en cuenta que los ingresos en concepto de cotizaciones sociales equivalen al producto de la cotización media por la masa salarial.
Si la proporción entre compromisos de pago y masa salarial crece de forma prolongada, una alternativa evidente es aumentar la cotización media, ¿por qué el ajuste ha de venir necesariamente por el lado de los gastos y no por el de los ingresos? ¿No entra ello en el debate? Por otro lado, llama la atención la confianza del articulista en el sistema complementario de pensiones privadas. La crisis financiera ha hecho aún más evidente lo que ya era claro: los sistemas públicos de pensiones pueden sufrir muchas tensiones dependiendo de las evoluciones demográfica y económica pero nada comparable a la incertidumbre de confiar la jubilación a inversiones en los mercados financieros.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 21 de mayo de 2009