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CARTAS AL DIRECTOR

Holocaustos

Siempre ha llamado mi atención respecto al holocausto judío la actitud que mantuvo el resto del mundo mientras esta masacre tenía lugar.

De hecho, una de las quejas históricas del pueblo judío se refiere a la pasividad con que los demás contemplaron su persecución e intento de exterminio.

Al interrogarme sobre esta cuestión del pasado, encuentro la respuesta en el presente. Desde hace décadas, millones de africanos mueren de hambre sin que el resto del mundo mueva un dedo.

En un ejercicio clamoroso de insolidaridad, descubrimos que incluso los países más ricos del mundo se niegan a dar siquiera el 0,7% de lo que tienen para paliar esta omisión genocida.

Sus "limosnas" oscilan entre el 0,15 y el 0,4%. Ése es el valor de nuestra solidaridad.

Eso, incluso menos, es lo que estamos dispuestos a pagar por la vida de otra persona.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 24 de mayo de 2009