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Vítores y abucheos

El salón de plenos de la Diputación de Castellón se llenó ayer casi una hora antes de que comenzara la sesión, sobre todo, de seguidores de Carlos Fabra, incluidos asesores, alcaldes y concejales. A los pocos minutos de iniciar el pleno, tras la algarabía que se montó durante la intervención de Colomer, Fabra dijo a los asistentes: "Primera y última advertencia, a la próxima se van a la calle". El socialista replicó: "Un millón y medio de euros en aplausos no nos va a achicar", dijo en referencia al coste de los cargos de libre designación. "Aquí el orden lo dirijo yo", "no tiene el uso de la palabra", fueron expresiones que utilizó Fabra dirigiéndose a los diputados de la oposición que, de forma insistente, reclamaban su dimisión y se preguntaban qué tenía que pasar o de qué le tenían que acusar para que dimita. En medio de la tensión, Carlos Fabra no fue capaz de controlar la sesión, con continuos vítores y abucheos. Incluso, fue visible cómo le tembló el pulso cuando, entre los escritos y fotocopias que llevaba preparados como respuesta a la petición de dimisión, sacó una foto de Colomer con el ex alcalde socialista de La Vall d'Uixó Josep Tur, imputado por colocar una cámara oculta en el Ayuntamiento. Fabra leyó casi todas sus intervenciones, se saltó turnos de réplica y accedió a la presentación de la moción de reprobación que, pese a estar escrita, dijo presentar in voce. "Presidir la Diputación es gobernar, no mandar", le dijo la portavoz del Bloc, Maria Gràcia Molés. "Está agotado políticamente. Lo mejor que podría hacer es dedicarse a salvarse porque le falta tiempo y fuerza", le aconsejó Colomer.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 27 de mayo de 2009