Si Chrysler y General Motors sufren, también lo hace la industria auxiliar. Y eso coloca en una delicada situación a Ford Motor, que ve cómo las principales compañías que le nutren de componentes lo tienen difícil para sobrevivir. Es el caso de Visteon, que ayer suspendió pagos por la degradación de sus finanzas.
El segundo mayor fabricante de coches de EE UU no sólo está logrando sortear la bancarrota, sino que es capaz de evitar las inyecciones públicas que se movilizan hacia sus rivales. Pero los continuos cortes de producción están poniendo en jaque a empresas que dependen de ella.
Visteon es una antigua filial de Ford, que está presente en España con cinco plantas y un centro técnico. Donald Stebbins, su consejero delegado, dijo que la suspensión de pagos es un paso necesario "para maximizar el valor a largo plazo de la compañía" y explicó que reorganizará su estructura para reducir costes "insostenibles".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 29 de mayo de 2009