La fábrica de Citroën en Vigo es, tras la de Mercedes en Vitoria y la de Ford en Valencia, la que se anota una reducción mayor de la producción en el arranque del año. De sus líneas de montaje salieron entre enero y abril 182.459 unidades, según datos de la patronal Anfac, un 41% menos que en el mismo periodo del año anterior. La caída de la división de turismos ha sido del 55%.
Pese a estos datos, sigue siendo la fábrica que más coches ensambla de España. La plantilla, que ha visto reducida al mínimo la contratación temporal, está soportando los sucesivos recortes [el año pasado fueron 100.000 unidades menos] recurriendo a los mecanismos de flexibilidad pactados en el convenio.
Aunque pocos en el sector se atreven a calificarlos de brotes verdes, los últimos pedidos para los meses de mayo y junio han evitado el cierre definitivo del turno de noche y este mes los paros han sido intermitentes sin llegar a afectar a las dos líneas de montaje. Sumados a los datos de la planta madrileña, la producción de PSA en España rozó los 230.000 vehículos hasta abril, lo que supone una caída del 37%.
A la zaga, la industria auxiliar gallega, muy pendiente de las previsiones de PSA, recibió ayer con cierto nerviosismo la noticia de que General Motors ha fracasado en su plan para evitar una suspensión de pagos. En Galicia, uno de sus proveedores es la multinacional GKN Driveline, con casi un millar de trabajadores. En sus oficinas ayer no pudieron hacer una valoración de cómo afectará este hecho a su cuenta de resultados porque parte de la plantilla estaba cumpliendo un día de parada regulado en el ERE, presentado a principios de año. Quien sí se reunió para estudiar su impacto fue el Cluster de Empresas de Automoción (CEAGA). Sus directivos esperan poder hacer estimaciones en los próximos días.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 29 de mayo de 2009