Basta ya de obscenos comentarios de miembros destacados de la Iglesia católica, basta ya de soportar cómo los máximos responsables de esta institución argumentan contra el sentido común, teorías científicas y la más sencilla ética, que el preservativo no es el mejor método para prevenir el sida o que es peor el aborto que los abusos sexuales de menores en colegios católicos.
Como ciudadano que pago mis impuestos y con ellos contribuyo al sustento del concordato, exijo la retirada inmediata de esa subvención y que la fiscalía actúe de oficio por si esas afirmaciones fueran constitutivas de un delito contra la salud pública y enaltecimiento de abusos a menores.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 1 de junio de 2009