La casa familiar aparentaba ser un chalé con jardín. Dentro, una auténtica industria de falsificación de moneda. Ese era el "oficio" de un matrimonio y dos personas allegadas, vecinos de Godelleta (Valencia). El cabecilla tenía conocimientos de artes gráficas.
La operación, dirigida por el juez de la Audiencia Nacional Fernando Grande Marlaska y ejecutada por la brigada de investigación de la policía nacional adscrita al Banco de España, se inició nueve meses atrás. Les llegaron billetes falsificados de bastante buena calidad, de los que el protocolo califica de "peligrosos" porque son fácilmente camuflables. La primera dificultad severa fue cerrar un círculo sobre el que actuar porque, entonces aún no lo sabían, se trataba de un negocio familiar muy reducido. Pero el rastro del dinero les llevó a Godelleta y a abortar la introducción en el mercado de 185.000 euros ya preparados y otros 200.000 en fase de falsificación. Según fuentes de la investigación, los detenidos planeaban ya implicar a otras redes en el negocio.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 5 de junio de 2009