Vicente Soriano dimitió ayer como presidente del Valencia después de fracasar en su intento de vender las parcelas del estadio de Mestalla. Esa había sido su promesa desde que accedió a la presidencia, en julio del pasado año, incumplida reiteramente. Soriano pierde así el pulso que mantenía con el vicepresidente y director deportivo, Fernando Gómez, que pasa a ser el hombre fuerte.
Fernando, ex centrocampista de los años noventa, cuenta con el apoyo de Bancaja, principal acreedor del club, que le adeuda 240 millones. Fernando pretende llevar a cabo un plan de viabilidad en que reducirá en un 30% los salarios de los jugadores, fichará cinco refuerzos de perfil medio y traspasará a algunas de las figuras, preferentemente Villa y Albiol.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 5 de junio de 2009