Las estadísticas hablan por sí solas. Desde hace años, el avión se ha considerado el medio de transporte más seguro. Sin embargo, a veces ocurre algún accidente, y, cuando se analizan las causas, en el 85% se llega a la conclusión de que fue ocasionado por un error humano. No por esto hay que caer en el exceso en que incurren algunas compañías de responsabilizar al piloto para redimir sus propias culpas.
El vuelo AF 447 se ha sumado a la trágica estadística y habrá que rellenar páginas y páginas cuestionándonos por qué esas 228 personas inocentes yacen ahora en el Atlántico. ¿Un rayo? ¿Despresurización? ¿Algún fallo en el sistema de cabina? Desconocemos las causas, sólo sabemos que familias en vilo esperan el hallazgo de la caja negra que podría determinar las causas de la tragedia.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 5 de junio de 2009