Rodolfo Ares acabó ayer cansado. Tomó una cerveza con todo su equipo en un bar, pagó la ronda y salió. Su última imagen era un clásico: hablando por teléfono. "Ha sido casi un paseo triunfal", valoró un socialista bregado en debates parlamentarios. Minutos antes, Ares había realizado varios anuncios de calado: "ETA está políticamente derrotada", pero "debemos decirles todos juntos alto y claro a ETA y a sus defensores que no van a conseguir ninguna de sus pretensiones". Se mostró dispuesto a intentar "recuperar para la democracia y la convivencia" a esa "minoría fanatizada". Y anunció que, pese luchar contra los violentos, dará "apoyo" a quienes "quieran apartarse o apartar a sus miembros de la violencia". El mensaje para ese mundo fue nítido: se perseguirá al delincuente y "dejaremos en paz a todos aquellos que no cometan delitos". "A mí no me oirán decir nunca que los 100.000 ó 150.000 votantes de ese mundo forman parte de ETA", dijo Ares, pero si les pidió "que hagan política y sólo política. "Y sus líderes no han tenido la valentía, ni las agallas para decirle éso a ETA", concluyó.
Todos se solidarizaron con los agentes atacados por la kale borroka. Ares reconoció que ser policía es una "profesión de riesgo". "No son repartidores de claveles, quiero que sean policías, no brigadas de limpieza", contestó ante la censura de un nacionalista que afeó la iniciativa de que la Ertzaintza retire todo elemento de exaltación del terrorismo. Egibar recuperó una vieja polémica sobre la presencia en Euskadi de policías y guardias civiles. Ares reiteró la doctrina de Javier Balza, que Egibar pareció olvidar ayer: mientras exista ETA, no sobra ningún agente. Y cerró su comparecencia pidiendo al PNV que revise su "innecesaria y equivocada" iniciativa de Juntas de Vizcaya de impedir el acceso a los uniformados, "los que defienden los derechos y las libertades del conjunto de la ciudadanía vasca", dijo. "Es un error estratégico". El PP ha propuesto que la Cámara exprese su reconocimiento a las FSE y se oponga a esa prohibición.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 10 de junio de 2009