El miércoles, Francisco Hernando, El Pocero, anunció que se iba de Seseña (Toledo). Algo que no pilló de nuevas a los 2.300 vecinos que viven en la macrourbanización, que tenía que contar con 13.000 viviendas, pero que al final se ha quedado sólo en 5.600 (la mitad sin habitar). Las grúas están ya camino de Guinea Ecuatorial, según el mismo Pocero ha reconocido en televisión. Los vecinos le defienden. Si se ha ido, aseguran, es porque el Ayuntamiento le ha puesto las cosas difíciles. Ayer, el alcalde del municipio, Manuel Fuentes (IU), sostuvo que el proyecto era "insostenible" y acusó al constructor de "presionarle" para otorgar licencias de primera ocupación. El Pocero insiste en que se va porque no le han dado más opciones. Por el camino, le ha puesto cinco querellas al alcalde.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 12 de junio de 2009