El Instituto Nacional de Toxicología ha constatado que el agua consumida en Carranza supera los límites legales en cuatro parámetros diferentes, entre ellos la presencia de arsénico y el aluminio. El informe, realizado por orden del Juzgado de Instrucción número 2 de Balmaseda y fechado el pasado 30 de mayo, concluye que el agua no es apta para el consumo.
Desde septiembre, el juzgado investiga la calidad del agua en Carranza tras una querella criminal presentada por la plataforma Karrantza Zabala -cuenta con 3 de los 11 ediles del Ayuntamiento, gobernado con mayoría absoluta del PNV-, contra el alcalde, José Luis Portillo, y ex altos cargos del Gobierno como los anteriores consejero de Sanidad, Gabriel Inclán, y director de la Agencia Vasca del Agua, Tomás Epalza.
El grupo municipal aseguró que el Ayuntamiento ocultó análisis de Osakidetza que indicaban que el agua no era apta para el consumo desde 2004. De hecho, tras la querella, el consistorio informó de que el agua no se podía consumir.
Karrantza Zabala señaló ayer que, además de los delitos de prevaricación, ecológico y contra la ordenación del medio ambiente que contenía su querella, "existen indicios de delitos contra la salud pública". Afirmó que en el barrio donde se ha detectado el arsénico ha habido varios casos de afecciones a la piel, entre ellos el de una niña de 8 años "que notó que, al ducharse, el agua le quemaba". La plataforma reclama un reconocimiento médico a todos los vecinos de Carranza y la dimisión del gobierno local.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 13 de junio de 2009