La peor tormenta económica de las últimas décadas ha obligado finalmente al Gobierno a ajustar sus previsiones a la realidad. Acuciado por la caída de la recaudación y el aumento de los gastos, el Ejecutivo anunció ayer la subida de los impuestos sobre la gasolina y el tabaco para recaudar 2.300 millones de euros más, y sugirió que puede revisar al alza otros tributos el año que viene. El anuncio, que pone fin a una larga época de rebajas fiscales, vino acompañado de una profunda revisión de las previsiones: este año, el PIB caerá un 3,6% (antes se preveía un 1,6%), y el déficit será de casi el 10% (antes 5,8%). La recuperación llegará en 2011, pero hasta 2012 habrá más de cuatro millones de parados.
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 13 de junio de 2009