El pasado mes de mayo, la compañía de móviles Movistar, de la cual soy cliente con contrato familiar, me pasó una factura por un importe superior a los 900 euros. Ello se explicaba por el hecho de facturarme 52 llamadas internacionales llevadas a cabo en el intervalo de 3,5 horas, pero que duran un total de 18 horas y 54 minutos. Las referidas supuestas llamadas se realizan a Santo Tomé y Príncipe y a Liechtenstein. Para mayor sorpresa, hay momentos en los cuales figura que se están realizando hasta seis llamadas simultáneas desde mi móvil a otro número.
Todo ello se llevó a cabo después de que mi hija fuera víctima del hurto de su aparato. Parece que la propia compañía tiene un mecanismo por el cual, al cabo de cierto tiempo (o dinero no me ha quedado claro) bloquea un teléfono si se realizan muchas llamadas internacionales. Es evidente, por tanto, que esas supuestas llamadas son una estafa y que Movistar conoce el caso. He propuesto a la compañía el pago de las llamadas que me corresponden. La respuesta ha sido bloquearme las restantes líneas del contrato, sin previo aviso, y amenazarme con ponerme en la lista de morosos. Me siento indefenso.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 18 de junio de 2009