Siguen abriendo una media de mil ostras al día. Lo hacen de pie, en la calle y durante todo el año. Su experiencia laboral es difícilmente superable: las ostreiras de A Pedra, en Vigo, llevan literalmente toda su vida en el oficio. Algunas tiraron la toalla con casi 80 años. Otras, como Isaura, no encuentran quién las sustituya y se resisten a perder el puesto. El Gobierno central ha comenzado a tramitar para ellas la Medalla al Mérito en el Trabajo.
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 21 de junio de 2009