El presidente de Caja Madrid, Miguel Blesa, mantiene con una encomiable gallardía el acoso del Gobierno de la Comunidad de Madrid, con Esperanza Aguirre a la cabeza, para desbancarle del cargo. Sabía que su presencia, una de las escasas junto a las presentación anual de resultados, suscitaba mucho morbo, y salió airoso del interrogatorio sobre su futuro. Va a seguir en la pelea hasta que haga falta. En otoño se enfrenta al proceso de reelección dentro del consejo y ahí se determinará su futuro. De paso dejó alguna frase para el corolario: "Hay que cambiar las cuotas para que tengan derecho de voto; si no, el sector corre el riesgo de morir virgen y mártir". -
MÁS INFORMACIÓN
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 21 de junio de 2009