Las fábricas de Cádiz se quedan solas. Dentro de unos meses los 153.000 metros cuadrados de la factoría de Altadis en la capital gaditana verán reducir su plantilla a 67 empleados. Ni siquiera trabajarán todos a la vez sino que se dividirán en tres turnos. Estarán concentrados en las mismas estancias pero cada uno de ellos podría repartirse para sí casi 7.000 metros cuadrados.
También en los astilleros gaditanos se han acostumbrado a trabajar sin excesiva compañía. Y los apenas 40 empleados que quedan en los suelos de Delphi tienen como encargo desmontar la maquinaria.
La cuenta atrás para la industria tabaquera de Cádiz se ha iniciado esta semana, cuando han salido los primeros 50 de los 200 trabajadores prejubilados que contempla el Expediente de Regulación de Empleo autorizado por el Gobierno y aprobado por la empresa y los sindicatos. "Ahora podré disfrutar de mis nietas". "Aquí dejamos toda una vida pero nos toca descansar". La conversación entre Ángeles López, María Sánchez, Antonia Fopiani y Rosa Prado, cuatro empleadas prejubiladas, se mueve entre la nostalgia y la ilusión por un futuro inminente más relajado.
"Nos quedaremos 67, pero los que se van, nunca serán sustituidos"
El Ayuntamiento mantiene que no se cambiará el uso de suelo de Altadis
Una industria que en Cádiz siempre manejó cientos de personas, más de 1.000, la mayoría mujeres, en la fábrica de la calle Plocia, hoy el palacio de Congresos, y después en los terrenos habilitados en Zona Franca, donde se asentó hace 30 años.
Altadis ha dejado de ser un motor generador de empleo desde hace un lustro debido a los continuos recortes. El último sablazo a la plantilla es entendida por sus empleados como la puntilla para el futuro tabaquero de Cádiz. "Es empleo que nunca se recuperará. Nos quedaremos 67 pero los que se van, nunca serán sustituidos", explica Carmen Pérez, presidenta del comité.
El pesimismo que cunde entre el personal es alimentado por el desolador panorama de la fábrica, que ahora sólo se dedicará a la preparación del tabaco. La sirena que toca el final de la jornada apenas sonará para una veintena de personas en cada turno. Tanto suelo para tan poca gente. Los trabajadores están convencidos de que la dirección de la compañía tratará de vender cuanto antes dentro de su política de recortes. No creen que espere ni siquiera a la vigencia del expediente de regulación establecida en 2014. En una ciudad de escaso suelo como Cádiz la posibilidad de contar con 153.000 metros cuadrados para nuevas propuestas se antoja atractiva. La alcaldesa de Cádiz, Teófila Martínez, del Partido Popular, se ha apresurado a garantizar que no se cambiarán los usos de los suelos. "Así lo hemos contemplado en la revisión del plan general", aclara.
El delegado de la Zona Franca, José de Mier, se ha interesado en la posibilidad de recuperar 30.000 metros cuadrados de esa parcela, que la tabaquera dispuso cuando se instaló en régimen de concesión. Sería una oportunidad para aprovechar ese suelo industrial para nuevas propuestas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 22 de junio de 2009