"Cataluña recibirá por primera vez una financiación per cápita por encima de la media del conjunto del Estado". Con estas palabras, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, dio por hecho hace una semana que, esta vez sí, se cerrará el nuevo sistema de financiación. La Generalitat admitió unos días después que el acuerdo está más cerca. Pero las palabras de Zapatero y la acogida catalana crean dudas en otros responsables autonómicos, que desconocen qué se discute.
"Queremos corregir el sistema y modificarlo para terminar con las desigualdades, pero si esta reforma genera desigualdades distintas, Andalucía va a decir que no", advirtió ayer el presidente de la Junta, José Antonio Griñán (PSOE), en declaraciones a TVE. El Ejecutivo andaluz promueve acabar con las disparidades del sistema vigente (Cantabria dispuso de 3.291 euros per cápita en 2007, frente a los 2.675 que percibió Cataluña), pero siempre que el nuevo modelo garantice una cantidad similar para todas las comunidades.
"Me quedé preocupado", dijo ayer el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo (PP), sobre las palabras de Zapatero. "Las comunidades de rentas bajas no van a financiar a las de rentas altas, eso no lo vamos a aceptar", añadió.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 23 de junio de 2009