Los ciudadanos celebraron ayer la verbena de Sant Joan de forma contenida, con mayor conciencia tanto a la hora de manejar los petardos como de sentarse al volante. "Las lesiones, desde el punto de vista sanitario, han sido menos graves que en años anteriores, pues mejora la conciencia ciudadana respecto al uso de la pirotecnia y a los accidentes de circulación". La consejera de Salud, Marina Geli, atinó en el resumen de una de las noches más festivas y multitudinarias del año en Cataluña y, en consecuencia, de las que obligan a movilizar a más equipos de emergencias: 1.250 bomberos y 850 mossos d'esquadra.
El saldo puede considerarse positivo, al menos si se compara con las cifras de años anteriores. Aunque el número de personas que requirió asistencia hospitalaria creció ligeramente (279), hubo menos amputaciones de dedos de la mano y lesiones oculares. Entre los menores de edad, se registró casi la mitad de ingresos hospitalarios que en la verbena de 2008 (44 frente a 72). La crisis tuvo algo que ver en estas cifras, pues la venta de pirotecnia ha caído este año el 25%.
La noche también fue más pacífica en las carreteras, por la mayor conciencia de los conductores y, en parte, por la menor movilidad. Hubo 15 accidentes (por 23 del año pasado) con seis heridos y un muerto en Freginals (Montsià). Los Mossos d'Esquadra practicaron 4.015 controles de alcoholemia. El 8% (321) dio positivo, dos puntos menos que en 2008. De éstos, 40 fueron denunciados por la vía penal por circular con una tasa de alcohol superior a los 60 miligramos por litro de aire aspirado.
Alrededor de 82.000 personas ocuparon las playas de Barcelona. Pese a la afluencia masiva, los ciudadanos generaron dos toneladas menos de residuos. A las seis de la mañana, las playas fueron desalojadas. Los equipos de limpieza recogieron 16.000 latas (50.000 el año pasado).
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 25 de junio de 2009