No se presumía un final feliz. Las negociaciones se antojaban largas e inseguras, por más que el Espanyol le garantizara el techo salarial de la plantilla. Era la historia de siempre. Pero Iván de la Peña (Santander, 1976) no atendió a los petrodólares y se decantó por renovar por dos años y un cargo indefinido a su retirada con el club blanquiazul. "Es un ejemplo para todos y un especialista en el juego. En lo suyo es el mejor", subrayan en la secretaría técnica; "su continuidad es sensacional". Hay Lo Pelat para rato.
Cuando faltaba poco más de un mes para concluir el curso, con el Espanyol encenagado en la tabla, oliendo a descenso, habló De la Peña. "Me tildaréis de loco, pero nos vamos a salvar", aseguró con la voz firme y la mirada desafiante. "Ahí nos demostró qué tipo es. Tiene la actitud y el compromiso necesarios", comenta la dirección deportiva. Y decidieron renovarle.
Hace un mes, el Spartak de Moscú estableció contacto con Manel Ferrer, agente de De la Peña. "Fue una oferta tremenda", confiesa Ferrer, aún sorprendido. Era un contrato de entre dos y tres años a seis millones de euros por temporada. "Veíamos que se nos escapaba", intervienen desde el club. Pero el centrocampista pidió cita. El Espanyol siempre le había reconocido como bandera, la afición le veneraba y él se resistía a abandonar una ciudad en la que reside desde que era niño -el cántabro se formó en la cantera del Barcelona- y recientemente ha estrenado casa con su esposa y sus dos hijos. "El club, entonces, no realizaba un esfuerzo proporcional con el futbolista", cuenta Ferrer. Pero la última oferta fue definitiva. De nada sirvió que el Spartak aumentara la suya.
De la Peña seguirá dos años más en el equipo. Una vez colgadas las botas, será con casi toda probabilidad la imagen y el embajador del club al estilo de Di Stéfano (Madrid) o Suárez (Inter). Otra de las opciones que se barajan es que se incorpore a la dirección deportiva. Pero, de momento, seguirá empujando al equipo con sus pases.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 26 de junio de 2009