La ganadora, Madrid. La Fundación BBVA presentó ayer un estudio sobre Series Históricas de capital público en España, una panorámica del comportamiento inversor del sector público en el último siglo: infraestructuras de todo tipo, sanidad, educación y un largo etcétera. Y las conclusiones -en pleno debate sobre el nuevo modelo de financiación autonómica- son que las comunidades son ya de largo quienes más invierten, y que Madrid emerge como la gran favorecida si se elige una perspectiva de largo plazo, como resultado de su "dinamismo económico y demográfico", mientras que Castilla y León es la que más retrocede por la pérdida relativa de población.
A lo largo del último siglo los equilibrios territoriales han cambiado de forma notable. A comienzos del siglo pasado España era una economía preindustrial y las dos regiones más extensas -Andalucía y Castilla y León-, junto con una Cataluña que había iniciado ya su industrialización, disfrutaban del mayor stock de capital público. Madrid no había iniciado aún su despegue y se encontraba muy alejada de los puestos de cabeza. Pero los movimientos tectónicos desde entonces son fenomenales.
Con el Plan de Estabilización de 1959 y la llegada de la democracia, el ritmo de crecimiento del capital público se triplica y de esos cambios emergen ganadores y perdedores. A un lado, Madrid, y a mucha distancia, Canarias, Comunidad Valenciana y Cataluña. Entre los perdedores, destacan Castilla y León y Aragón.
Diferentes criterios
Esas listas dependen de los parámetros elegidos. En inversión por habitante, las comunidades más despobladas ocupan los puestos de cabeza: Galicia, La Rioja, Asturias y Extremadura lideran un ranking que cierran las más dinámicas: Navarra, País Vasco, Madrid y Cataluña. Por superficie, de nuevo Madrid y Canarias son las ganadoras, y Navarra y Castilla y León las perdedoras. En definitiva, Madrid figura en los puestos de cabeza de casi todas las clasificaciones del estudio, que firman Matilde Mas y Vicent Cucarella, del Instituto Valenciano de Investigación Económica.
Mas destacó que durante la democracia la inversión pública ha crecido más que la privada. Y que el último arreón, los 15 años de bonanza truncados por la crisis actual, ha dejado a España a la altura de la media de los países ricos de la OCDE en términos de capital público.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 26 de junio de 2009