La última demostración de que el ingenio de los narcotraficantes no tiene límites ha sido la incautación de más de 900 kilos de cocaína que venían ocultos dentro de yuca, tubérculo antes escaso en España pero ahora de mucho consumo debido, sobre todo, a la gran colonia suramericana asentada aquí.
La droga, expedida desde Guayaquil (Ecuador), había sido amasada de forma cilíndrica hasta formar 4.261 cilindros que se habían introducido de forma paciente en otras tantas piezas de yuca, que llegaron a España en contenedores también rellenos de otras frutas tropicales.
La droga ha sido localizada en dos partes. La primera partida de yuca cocainada con unos 600 kilos había llegado hasta un almacén de La Fortuna (Murcia) el 16 de junio. Había sido importada por varias empresas de La Vega Baja de Alicante y Murcia, junto con otras partidas de plátano y piñas. Estas firmas estaban en contacto con otra firma del ramo de Guayaquil. El trabajo conjunto de la Agencia Tributaria y de la Comisaría General de Policía Judicial permitió desenmarañar la trama y localizar el contenedor de yucas.
El registro del contenedor fue laborioso, ya que fue necesario abrir miles de piezas de yuca (había 10 toneladas). En su interior ocultaban 2.842 cilindros de cocaína que dieron un peso total de 603,525 kilogramos. Una semana más tarde, el 23 de junio, los agentes registraron otro contenedor en el Puerto de Algeciras (Cádiz) cuya destinataria era una de las empresas investigadas. En su interior había 10 toneladas de piezas de yuca que ocultaban 1.419 cilindros de cocaína, similares a los anteriores, con un peso aproximado de 300 kilos en total.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 27 de junio de 2009