"En la mochila tenéis que llevar camaradería". Es lo que los sindicatos piden a los trabajadores del metal que el lunes saldrán de Pontevedra en ruta hacia Santiago de Compostela. La marcha, organizada por CIG, cuenta con el apoyo de CC OO y UGT y sacará por primera vez el conflicto del convenio colectivo fuera de las fronteras provinciales. Irán vestidos con su mono de trabajo y han calculado que llegarán el martes sobre las dos de la tarde para plantarse ante la Xunta.
La negociación está empantanada desde que los mediadores de la Administración realizaron una propuesta de convenio a las partes. Las tres centrales rechazan una subida salarial del IPC más el 3,85% en tres años, con lo que la huelga indefinida continuará hasta, por lo menos, el miércoles.
Las amenazas de los astilleros, que hace tres días advirtieron de quiebras en cadena si no se reactiva el trabajo, han caído en saco roto. Antolín Alcántara, de la CIG, instó a que se terminen los desacuerdos, si bien advirtió en declaraciones a Europa Press que a los trabajadores "no se les va a rendir económicamente" y que el conflicto se desarrollará de tal manera que "agotará" a los empresarios.
"Las empresas no van a tener una perspectiva clara de cuándo podrán trabajar sin ningún tipo de problema", aseguró.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 27 de junio de 2009