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COLUMNA

Querella

Querella que algo queda.

La palabra querella tiene algo de mojo picón, pero muy picón, en su contenido. La dices y se te llena la boca de amenaza; es la expresión más evidente de una riña. Se dice y mancha, como el inicio de un conflicto. Deja una estela: se querellan contra ti; te tientas la ropa y dices: qué he hecho. Luego miras los papeles, los documentos, y te vas tranquilizando.

Se dice que una noticia es algo que en algún sitio alguien no quiere que se sepa. A veces te enteras de sucesos que alguien querría que siempre fueran secretos. Alguien los encuentra y los divulga. Voces asustadas dicen: "¡Violaron el secreto!". Si la noticia les viene bien, se frotan las manos con el secreto; y si les viene mal, dicen que se ha violado el secreto.

Es muy útil la palabra violación para esas cosas. Se dice que un periodista ha violado el secreto del sumario y parece que ha entrado con una navaja barbera en un juzgado, ha amenazado a sus ocupantes y ha salido con una página ensangrentada con la que mancha a unos cuantos individuos.

Ahora bien, si el secreto ha sido puesto de manifiesto a favor de las posiciones propias de los que se alarman, no se dice la palabra violación, se dice la palabra investigación.

Pero volvamos a la palabra querella. El senador Bárcenas, a quien sus colegas llaman también L. B., u otros epítetos, la pronunció hace una semana para avisar a este periódico, que venía publicando información muy interesante que seguramente a él no le gustaba ver impresa. Que me querello. La pronunció Berlusconi, y también contra este diario, porque este periódico expuso fotos que él no quería ver más. Que me querello.

Pretende ser una palabra disuasoria. Hace muchos años, un tipo de la OAS que tenía una discoteca en Tenerife la lanzó contra este periodista, un muchacho, por una información sobre el matonismo que había en su establecimiento. Querella. No prosperó, se diluyó, pero el muchacho supo para siempre a qué sabe la palabra querella.

Después de escuchar la palabra querella en la voz de Bárcenas -o mejor, en su escritura, pues la vi escrita en una nota- leí lo que el Tribunal Supremo tiene entre manos sobre él, y me pregunté que si anunciaba querella contra un periódico que dijo lo que dice, qué haría contra los jueces que han visto eso en sus papeles y, además, lo han dicho por escrito.

jcruz@elpais.es

* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 28 de junio de 2009