El presunto jefe del último comando Donosti, José Ángel Lerín, siguió ayer la más clásica de las estrategias de ETA: exculpar a los otros 11 procesados, acusados de ser miembros o colaboradores del grupo. Lerín (a la derecha), para el que el fiscal pide 27 años de prisión por elaborar informaciones para atentar contra Fernando Savater o Maite Pagazaurtundua, llegó a decir que sus colegas no sabían que guardaban explosivos. Seis de ellos se negaron a contestar al fiscal.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 30 de junio de 2009