El PP de Madrid se topó ayer inesperadamente con la petición al juez del ex consejero Alfredo Prada, hecha pública por el Grupo Socialista en la Asamblea, que ejerce la acusación popular en el caso de los espías de la Comunidad de Madrid. Por eso, la presidenta, Esperanza Aguirre, paró a Prada en los pasillos del hemiciclo y se lo llevó a su despacho durante una media hora.
A la salida, el ex consejero, que sigue como diputado regional, no quiso precisar de qué habían hablado: "Mis conversaciones en privado con la presidenta, lógicamente se quedan en privado". Pero sí arremetió contra los socialistas por la "instrumentalización política" del caso, que él considera que "no entra en la órbita de la política, sino de lo personal". Y negó que haya presentado la carta ahora para mantener vivo el proceso. "Nada me daría más satisfacción que el espionaje no tuviera que ver con la Comunidad de Madrid", zanjó.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 2 de julio de 2009