Esta última semana ha dejado un sabor agridulce a los inversores, tras conseguir un par de nuevos máximos anuales por encima de los 9.900 puntos del Ibex 35 y caer luego estrepitosamente ante unos datos de desempleo en Estados Unidos mucho peores de lo que se esperaba.
El Ibex 35 consigue terminar la semana en positivo, con un avance del 0,22% y por encima de los 9.700 puntos, un logro que sabe a poco después de cerrar el mes de junio y el segundo trimestre del ejercicio con sendas subidas del 3,86% y del 25,24%. Esta subida trimestral es una de las mejores de los últimos años y se enmarca dentro de la recuperación de más del 44% desde los mínimos del día 9 de marzo.
El problema que tenían planteado los mercados de valores desde un par de semanas atrás era el de una valoración demasiado optimista de la coyuntura. Las perspectivas de un pronto final de la recesión en Estados Unidos se habían vendido muy bien en los mercados y ya sólo faltaba confirmarlas.
Aunque la mayoría de los indicadores económicos mantienen todavía una trayectoria irregular, a los inversores les bastaba con que los datos fueran "menos malos" cada día. Las cifras de empleo publicadas el pasado jueves en Estados Unidos quebraron ese difícil equilibrio entre expectativas y cotizaciones al subir la tasa de paro de junio hasta el 9,5%, tras la destrucción de otros 467.000 puestos de trabajo. Estos datos venían a confirmar las advertencias más negativas sobre un lento y complicado final de la recesión y, lo que es peor, parecen retrasar el plazo del posible inicio de la recuperación.
La Bolsa española, a pesar de todo, ha conseguido entrar a valorar algunas situaciones internas, en particular la referente al sector financiero. Aunque parece que los problemas se centran en las cajas de ahorros y que la crisis va a pasar de refilón sobre la banca, en el mercado se ha puesto en marcha un proceso de selección en favor de las dos entidades más grandes, de las que se espera que salgan beneficiadas con los problemas ajenos. De hecho, Banco Santander y BBVA han estado detrás de todos los movimientos importantes del mercado en los últimos días, en general acompañados de Telefónica. Los analistas ven en estas sociedades transnacionales mayores probabilidades de superar la crisis por la diversificación geográfica de su negocio, mientras que los más pequeños tienen que ajustarse a la situación doméstica.
A este respecto, el informe económico de junio del Banco de España, en el que afirma que la economía española ha mostrado signos de ralentización de su caída en el segundo trimestre, fue bien recibido por los inversores. En un momento dado, había quien veía una clara relación entre la subida de última hora del Ibex 35 en la sesión del viernes, protagonizada por los grandes valores, con ese informe.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 5 de julio de 2009