¿No debería alguien en este país darse por aludido al ver la contundencia, pero sobre todo la rapidez -seis meses-, de los jueces americanos en juzgar la estafa más grande jamás cometida?
Me pregunto: ¿cuántos años hubiera costado aquí juzgar un caso similar? Ahora que somos amigos, ¿no se le ha pasado por la cabeza a algunos de estos que debieran darse por aludidos preguntarles cómo lo hacen? ¿Por qué no les copiamos lo mucho bueno que tienen los americanos y no solamente sus horteradas? Por otra parte, ya sé que faltan recursos, pero, francamente, cuando uno ve lo decimonónico, la pompa y la circunstancia que todavía rodea todo el entramado judicial puede obtener una respuesta.
También, ya en términos economicistas, ¿cuándo se les va a exigir a los jueces un "rendimiento mínimo" y, por ende, "aumentar su competitividad".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 5 de julio de 2009