Selecciona Edición
Selecciona Edición
Tamaño letra

"Que me saque la policía si quiere"

Seis malagueños dejarán su casa de alquiler víctimas del acoso inmobiliario

En el número 11 de la calle Hinestrosa, en pleno centro histórico de Málaga, hay seis personas que han perdido sus casas. Rocío, su marido y sus tres hijos, no podrán pisar, a partir de hoy, la que hasta ayer era su morada. José, que vive al lado, tampoco. El ayuntamiento ha ordenado desalojar las viviendas debido a su estado ruinoso. El administrador de la finca, José Toledo, de 84 años, presentó, a espaldas de los vecinos, un expediente de ruina del edificio en enero de 2009. "Porque me da la gana", ha dicho. Los inquilinos, que pagan un alquiler de renta antigua, no eran un buen negocio para el propietario.

"Que venga la policia a sacarnos, que venga si quiere", retaba ayer Rocío Sánchez, vecina portavoz, tras salir de una reunión con el ayuntamiento. Habían ido todos los inquilinos y les acababan de comunicar el desahucio. "Nos han dicho que mañana [por hoy] nos tenemos que ir". Anoche estaban empaquetando cosas, pero Rocío dice que se queda.

La casa es un trapo viejo. Paredes desconchadas, excrementos de paloma haciendo equilibrio sobre las tuberías que dan al patio, baldosas flotantes... "El propietario no ha arreglado nada desde hace mucho tiempo", asegura Pedro, que nació allí hace 30 años.

Francisco Gutiérrez, defensor del ciudadano de la Diputación de Málaga, cree que "la casa no amenaza ruina" y achaca el mal estado del edificio a la dejadez de su propietario.

El ayuntamiento, por su parte, se lava las manos. Les ha prometido 1.200 euros para pagar dos meses del nuevo alquiler y una recomendación de que se acojan a un programa de ayudas de la Junta. "El ayuntamiento, ahora, ha hecho lo que podía hacer, lo que dice la ley. El problema es lo que se podía haber hecho antes", afirma el defensor del ciudadano.

En febrero, Gutiérrez presentó un informe a la Gerencia de Urbanismo en el que denunciaba el estado de abandono de la finca. "A diferencia de lo que ocurrió en un edificio de la calle Mariscal, en el que el consistorio se ocupó de los arreglos y luego le pasó la factura al propietario además de abrirle un expediente sancionador, en Hinestrosa no han hecho nada".

Tras el informe del defensor del ciudadano el consitorio ordenó al propietario, "en varias ocasiones", que arreglase la casa. No lo ha hecho. "¿Por qué en el caso de la calle Hinestrosa no se han seguido los pasos que en el de la calle Mariscal?" se pregunta Gutiérrez.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 10 de julio de 2009