Un artefacto incendiario, de gasolina u otro líquido inflamable, destruyó un cajero de Caixanova en Cangas y obligó a desalojar a una veintena de personas, sobre las cuatro de la madrugada de ayer. La alcaldesa, Clara Millán, trasladó la "máxima repulsa" de la corporación y, preguntada por la posible vinculación del hecho con la oposición vecinal a la construcción del puerto deportivo de Massó, que Caixanova financia, declinó "acusar a alguien sin pruebas".
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 10 de julio de 2009