Irak vivió ayer un día sangriento: cuatro atentados, al menos 50 muertos y decenas de heridos. Se trata de la peor jornada desde que las tropas estadounidenses entregaran el 1 de julio a las iraquíes el control de la seguridad de las ciudades. Las tropas de EE UU tienen previsto salir de Irak antes de 2012.
El más grave (34 muertos) se produjo en Tal Afar, al norte, cerca de Mosul, una zona habitada por turcomanos. Un hombre vestido de policía detonó los explosivos que llevaba adheridos al cuerpo. Un segundo artefacto explotó cuando la gente se acercó a ayudar a los heridos. En Bagdad hubo varios ataques. El más grave provocó siete muertos en Ciudad Sáder, un poblado barrio chií.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 10 de julio de 2009