El asesino confeso de Marta del Castillo, Miguel Carcaño, fue trasladado ayer desde la cárcel de Morón a los Juzgados de Sevilla para someterse a una prueba psicológica ordenada por Francisco de Asís Molina, el juez que instruye el caso. A las puertas del edificio le esperaban algunos amigos suyos y de la chica, que le increparon duramente en los escasos seis metros que recorrió a pie escoltado por la Guardia Civil. "¡Mírame a la cara, desgraciado, mírame a la cara!", le gritó un joven, que tuvo que ser reducido por un agente, momento que recoge la fotografía. Carcaño le miró. Luego, se sometió durante tres horas y media a la segunda parte del estudio psiquiátrico que se inició la pasada semana para valorar su imputabilidad penal y si padece algún trastorno. Los momentos de tensión se repitieron a la salida.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 11 de julio de 2009