El andamio que desde 2004 impedía ver la fachada de la Catedral de Barcelona ha empezado a retirarse tras concluir la restauración de la piedra afectada por la suciedad y el óxido del hierro. Los trabajos continuarán en el cimborrio que tendrá que desmontarse piedra a piedra, una operación que costará 4,5 millones de euros.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 12 de julio de 2009