Sostiene Rita Barberá que es lo mismo aceptar unos cuantos trajes como regalo que unas latas de anchoas, que además es un producto caro, según afirma ella. Por eso mismo, y según su razonamiento, al presidente del Gobierno deberían procesarlo por cohecho en igualdad con la imputación hecha a Camps.
El problema es que, al contrario de lo que argumenta Barberá, la cuestión se centra en el regalador y no en el regalo. No es lo mismo que a un presidente le regale una caja de vino de Rioja gran reserva un capo mafioso o un promotor inmobiliario, o que lo haga un presidente de otra institución, como es el caso de Revilla, quien, por cierto, ha afirmado que también ha regalado el producto de Santoña al propio Rajoy o al presunto Camps.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 13 de julio de 2009